Las preocupaciones ambientales han sido crecientes desde la década de 1970. En 1990 la Junta de Recursos del Aire de California promulgó un innovador mandato que trata de lo siguiente: La regulación de las emisiones de vehículos, el LEV I (low-emission vehicle).

Por medio de este mandato se exigía la inclusión progresiva de los vehículos de bajas emisiones y posteriormente de cero emisiones (zero emission vehicle, ZEV) desde 1998 hasta 2003. Estas leyes, «que no contaron con el beneplácito de la industria petrolera», sirvieron de precedente para futuras regulaciones en las emisiones y la promoción de medios de transporte sostenibles por medio de las administraciones de distintos gobiernos.

En las dos últimas décadas la regulación de las emisiones ha podido hacerse más restrictiva. En España, por ejemplo, existe legislación en este aspecto desde nivel europeo, donde la firma del compromiso de reducir un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero regula las emisiones máximas de los nuevos vehículos.

Las regulaciones abarcan hasta el nivel municipal, en el que cada ayuntamiento tiene la potestad de restringir los vehículos de altas emisiones en los centros de las ciudades. La restricción de las emisiones también ha traído la promoción del vehículo eléctrico por varios medios. Misma situación pasa no solo en España sino varias naciones de Europa.

Grandes empresas como Tesla Motors o BMW están consiguiendo modelos innovadores y muy funcionales, que incluso superan a los vehículos convencionales en muchos aspectos.

En particular, es reseñable la inversión de Tesla Motors para minimizar los costes de la batería de los vehículos eléctricos y maximizar su capacidad. La innovación de mayor potencial para un gran impulso definitivo del vehículo eléctrico puede venir de la mano de las baterías de grafeno.

Investigadores aseguran haber conseguido fabricar baterías de este material, que tiene unas propiedades idóneas, como una densidad de energía mucho mayor que el litio, gran ligereza y gran conductividad. Además, al provenir éste del carbono, se trata de una materia prima muy abundante.

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